Con frecuencia vemos como se pretende que unas armas se dibujen de forma absolutamente rígida, al modo de un moderno logotipo que no permite la más ligera variación en el dibujo. Nada más lejos de los usos heráldicos.
El diseño heráldico tiene unos principios básicos, pocos y sencillos. Lo demás queda al buen gusto y capacidad de quien realiza el diseño y, con más fuerza todavía, a las modas de cada momento y lugar.
Así, un águila ha de ser un águila, pero la forma precisa de su silueta, garras, cola, etc., es obra del artista heráldico. Lo mismo puede decirse de cualquier otra figura.
También la forma de disponer las armas dentro del escudo puede tener muchos grados de libertad. Como ejemplo pondré las del linaje PARDO DE VERA: en escudo partido y en escudo cuartelado. Las armas son las mismas, su colocación y algún detalle de diseño diferentes.
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