DESCRIPCIONES O BLASONAMIENTOS HERÁLDICOS

Con muchísima frecuencia vemos descripciones de armas con un pormenorizado detalle de todos y cada uno de los elementos que componen el escudo de armas. En el caso de los animales nos hablan de sus uñas, de su lengua, de su cola, de sus dientes; en el caso de calderas nos dicen como son sus asas y los adornos que llevan; en el caso de las estrellas el número de puntas que tienen; y así un sinfín de detalles que hacen que el blasonamiento sea de una gran extensión.

En general, estas descripciones heráldicas son consecuencia de errores conceptuales sobre lo que realmente son las armas de un linaje, errores que se repiten y amplian en cada nuevo dibujo de las armas heráldicas en cuestión. 

El error que casi siempre se comete es confundir las armas de un linaje con un dibujo concreto que alguien hizo de las armas de ese linaje. Naturalmente, si estamos describiendo un escudo concreto diremos todos sus detalles, pero esos detalles no forman parte de las armas del linaje en cuestión sino que son fruto de la libertad del dibujante o escultor a la hora de dibujar o labrar dichas armas.

Pondré algún ejemplo:

Las armas de los Fonseca: son cinco estrellas, nada más. El número de puntas que tengan carece por completo de importancia, aunque lo más frecuente es quie sean 6, 8 y, más raramente 5.

Las armas de los Haro: son dos lobos de sable, nada más. Si tiene lengua o no, no es relevante como tampoco lo es que esa lengua se pinte unas veces de sable y otras de gules.

Las armas de los Lara: son dos calderas. Nada importan los adornos de sus asas ni cualquier otra cosa. En el caso de algunas calderas, como vemos a menudo en algunos escudos de los Guzmán, se pretende incluir en sus armas los adornos con cabezas de sierpe que se colocan en los extremos de las asas y otras como saliendo de la caldera. Incluso se dice su número. Nada de esto forma parte de las armas de los Guzmán ni debe decirse al blasonarlas.

Otros abusos en las descripciones es detallar la colocación de las figuras o muebles cuando no es necesario. Por ejemplo, un león rampante es sencillamente un león; para cinco panelas en sotuer basta decir cinco panelas; si son las armas dos lobos, no hemos de decir colocados en palo, y así muchos ejemplos más.

La simplicidad en las descripciones y limitarse a describir las armas y no los detalles de un escudo concreto son criterios fundamentales para la pureza y la elegancia heráldica.

Seguro que en las descripciones de este blog hay errores como los citados, unos por ser descripciones que usan sus poseedores y que me he limitado a transcribir y dibujar, y otras por ser yo mismo quien los comete. Lo importante es procurar no hacerlo y, cuando menos, tener conciencia de que se comete un error. Es el primer paso para corregirlo.

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