Escudos de armas que he dibujado, generalmente de asociados de Corporaciones Nobiliarias. En muchos casos, el escudo de armas representada varios linajes en sus particiones. Por tanto, no deben tomarse como las armas del linaje de varonía, aunque sea el que figure como denominación del escudo,sino como las armas de una persona concreta. Se incluirán algunos temas de nobiliaria. Si se reproduce alguna imagen propia de este blog deberá indicarse su origen y autor.
Cuartelado:
1º de gules, dos escaleras de oro; 2º de plata, una cruz de gules floronada y
vaciada; 3º de oro, dos vacas de gules; 4º de gules, tres fajas de oro; la
campaña, de azur cargada de tres torres
de plata puestas en faja.
En heráldica, los toros tienen la cola sobre el lomo, los bueyes la tienen bajada y la vaca a lo largo de su flanco. Es una forma de diferenciar a estas figuras entre sí.
Esto lo expliqué en dos entradas en mi blog: Vaca: http://dibujoheraldico.blogspot.com/2011/10/la-vaca.html
Toro, buey y búfalo: http://dibujoheraldico.blogspot.com/2011/07/el-toro-el-buey-y-el-bufalo.html
Transcribo la opinión de don Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, que coincide en esencia con la de don Faustino Mernéndez Pidal y que hago mías (con elo mayor reswpeto a todas las opiniones):
En general, todos estos detalles son ajenos por completo al modo en que se usaron y se entendieron las armerías en su primera gran etapa (que es en la que todos deberíamos inspirarnos); las representaciones entonces eran sencillas, claras y espontáneas, de manera que lo "correcto" era aquello que se inspiraba en lo precedente y esta imitación consagró, al cabo, unas pautas o costumbres generales por todos aceptadas.
Lo del rabo en alto, o no, me parece cosa por completo irrelevante, pues casi todo se explica a partir del espacio -forma y amplitud- sobre el que se representa el susodicho animal, pues la significación de la figura no está en este tipo de detalles, sino en su imagen general y, naturalmente, en la adecuada exageración de sus rasgos significantes (cornamenta, pezuñas, pito o tetas). Estas normas del anterior comentario son, a mi parecer, una mala interpretación de las normas o pautas arriba aludidas, las cuales nunca tuvieron carácter imperativo. Eran exactamente eso, simples costumbres o recomentaciones, que en modo alguno menguaban la natural libertad del artista.
El tema, en mi opinión, es parejo a la complicada terminología usada por algunos heraldistas y, asimismo, al creciente "perfeccionismo" de no pocos blasonamientos, empeñados en blasonar hasta los mínimos detalles). No estaría de más ver como aparecen representados esos animales en los buenos armoriales medievales: estoy seguro que habrá todas las versiones (piensa en que el dibujo heráldico es plano, sin más perspectivas que las inevitables).
En heráldica, los toros tienen la cola sobre el lomo, los bueyes la tienen bajada y la vaca a lo largo de su flanco. Es una forma de diferenciar a estas figuras entre sí.
ResponderEliminarEsto lo expliqué en dos entradas en mi blog:
Vaca:
http://dibujoheraldico.blogspot.com/2011/10/la-vaca.html
Toro, buey y búfalo:
http://dibujoheraldico.blogspot.com/2011/07/el-toro-el-buey-y-el-bufalo.html
Cordialmente,
Transcribo la opinión de don Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, que coincide en esencia con la de don Faustino Mernéndez Pidal y que hago mías (con elo mayor reswpeto a todas las opiniones):
ResponderEliminarEn general, todos estos detalles son ajenos por completo al modo en que se usaron y se entendieron las armerías en su primera gran etapa (que es en la que todos deberíamos inspirarnos); las representaciones entonces eran sencillas, claras y espontáneas, de manera que lo "correcto" era aquello que se inspiraba en lo precedente y esta imitación consagró, al cabo, unas pautas o costumbres generales por todos aceptadas.
Lo del rabo en alto, o no, me parece cosa por completo irrelevante, pues casi todo se explica a partir del espacio -forma y amplitud- sobre el que se representa el susodicho animal, pues la significación de la figura no está en este tipo de detalles, sino en su imagen general y, naturalmente, en la adecuada exageración de sus rasgos significantes (cornamenta, pezuñas, pito o tetas). Estas normas del anterior comentario son, a mi parecer, una mala interpretación de las normas o pautas arriba aludidas, las cuales nunca tuvieron carácter imperativo. Eran exactamente eso, simples costumbres o recomentaciones, que en modo alguno menguaban la natural libertad del artista.
El tema, en mi opinión, es parejo a la complicada terminología usada por algunos heraldistas y, asimismo, al creciente "perfeccionismo" de no pocos blasonamientos, empeñados en blasonar hasta los mínimos detalles). No estaría de más ver como aparecen representados esos animales en los buenos armoriales medievales: estoy seguro que habrá todas las versiones (piensa en que el dibujo heráldico es plano, sin más perspectivas que las inevitables).